En ANTAD acompañamos a personas que atraviesan situaciones de adicción desde un enfoque cercano, humano y profesional.

Creamos espacios seguros donde pueden comprender, sanar y avanzar a su propio ritmo.

¿Qué entendemos por adicción?

En ANTAD la adicción es un proceso multidimensional que responde a una vulnerabilidad con base neurobiológica común, modulada por factores genéticos, ambientales y emocionales. Esta vulnerabilidad no se expresa de manera aislada, sino a través de la construcción de un vínculo que la persona establece con una sustancia o conducta y que se refuerza de forma progresiva en función de su historia personal y contexto social.

Dicho vínculo puede ocupar un lugar central en la vida de la persona e interferir en la salud física y mental, el equilibrio emocional, las relaciones interpersonales, el rendimiento laboral y la integración social. Lejos de constituir un fenómeno repentino o monocausal, la adicción se entiende como el resultado de un proceso gradual y singular en el que confluyen factores neurobiológicos, psicológicos y sociales que configuran una experiencia única en cada individuo y que, en ocasiones, se asocia con la aparición de otros trastornos psiquiátricos

En algunos casos, esta relación con la sustancia o la conducta no provoca consecuencias evidentes durante una etapa inicial. Sin embargo, con el paso del tiempo, la adicción puede consolidarse y favorecer la aparición de dependencia, tolerancia y una progresiva pérdida de control. Cuando se alcanza ese punto, establecer límites y recuperar el control personal resulta cada vez más complicado, lo que afecta de manera significativa el bienestar y la calidad de vida.

El enfoque de ANTAD no limita el concepto de adicción al consumo de sustancias como el alcohol, el tabaco o las drogas ilegales. También se reconoce la existencia de problemas asociados a conductas, en apariencia cotidianas, como el juego de azar, el uso excesivo de pantallas y dispositivos tecnológicos, las compras compulsivas o las relaciones interpersonales que restan libertad o generan malestar. Estas adicciones de tipo comportamental pueden producir el mismo grado de sufrimiento y ocasionar repercusiones tan significativas como las adicciones a sustancias.

Por este motivo, se ofrece el mismo nivel de comprensión, apoyo y acompañamiento integral ante cualquier forma de adicción, y se valoran tanto la complejidad de las causas como el impacto que ejerce en la vida de cada persona.

Nuestro enfoque

En ANTAD trabajamos en la atención, prevención y abordaje integral de las adicciones, tanto a sustancias como de tipo comportamental. Durante el trabajo terapéutico, se sitúa a la persona como eje central de todo proceso de atención y prevención de las adicciones, de tal forma que reconoce que cada historia de adicción resulta distinta y que las necesidades pueden cambiar y evolucionar con el tiempo debido a factores personales, familiares, psicosociales y emocionales.

En la entidad se facilita la identificación del papel que la adicción ocupa en la vida de cada persona, la definición de objetivos de cambio realistas y el fortalecimiento de los recursos que pueden favorecer el avance en el proceso de recuperación. En cada intervención se incorpora el contexto personal, social y emocional, al igual que el acompañamiento se ajusta conforme a las necesidades individuales que puedan surgir en las distintas etapas del proceso. No se emplean soluciones universales ni se reproducen caminos preestablecidos; cada proceso se diseña de manera personalizada, tomando en consideración la historia personal, el entorno y los recursos disponibles en cada caso particular. El trabajo se apoya en el modelo biopsicosocial, que contempla la complejidad de las adicciones y la interacción continua entre factores biológicos, psicológicos y sociales.

El equipo profesional de la entidad está conformado por personas especialistas en psicología, medicina, farmacia, trabajo social, educación social, así como monitores y personal administrativo. Se promueve así una colaboración coordinada y transversal entre estos perfiles con el fin de asegurar un acompañamiento continuo, estructurado y adaptado a las características y necesidades de cada persona atendida.

La intervención se orienta no sólo a la reducción de consumos o conductas, sino a la creación de condiciones que permitan la recuperación, la autonomía y la estabilidad personal a largo plazo.

¿Qué tipo de apoyo ofrecemos?

Acompañamiento social

Se valora la situación contextual de la persona para identificar factores de riesgo y protección; se diseña y coordinar planes personalizados de intervención con el equipo terapéutico de cada UAD, se refuerza las redes de apoyo y promueve la inclusión social y laboral, lo que contribuye a la recuperación y autonomía de la persona.

Atención psicológica

Se evalua específicamente la esfera psíquica de la persona con el fin de identificar factores implicados en la adicción, proporcionar apoyo emocional, enseñar estrategias de afrontamiento y prevención de recaídas, así como acompañar en el proceso de cambio y reinserción social, en coordinación con otros profesionales de la UAD.

Apoyo médico

Se realiza una valoración médica individual y consensuada para adaptar el tratamiento a cada persona. Se incorpora la perspectiva biológica y farmacológica cuando resulta necesario y se garantiza un seguimiento periódico que permite ajustar las pautas según la evolución y las necesidades identificadas.

Orientación e información a familias y/o parejas

Se ofrece a las familias y parejas orientación e información especializada para que comprendan el proceso que atraviesa la persona y el impacto que puede tener en las dinámicas familiares o de pareja. Se facilita un espacio donde resolver dudas, detectar necesidades y aprender a identificar señales de riesgo, así como a desarrollar recursos comunicativos y de afrontamiento.

Prevención y sensibilización

Diseño y ejecución de programas formativos y de sensibilización en contextos educativos, comunitarios y sociales, orientados a la reducción de riesgos y la promoción de la salud comunitaria.

Cada proceso combina estos apoyos de forma distinta, en función de las necesidades y objetivos de la persona.

¿Quién puede beneficiarse de los servicios de ANTAD?

Desde la entidad se ofrece atención a personas de todas las edades, perfiles y situaciones. El recurso permanece accesible para cualquier persona que experimenta preocupación o malestar vinculado a consumos o conductas potencialmente adictivas.

Se atienden tanto casos en los que la persona reconoce claramente un problema y busca apoyo, como situaciones en las que aún no logra identificar qué ocurre, pero percibe que algo no marcha bien en su vida. Asimismo, se brinda acompañamiento y orientación a familias, parejas y entornos cercanos que desean comprender mejor la situación o resolver dudas, siempre en un espacio libre de juicios.

La manifestación de una adicción varía en cada persona a través de diferentes factores, como el contexto social y familiar, la historia personal, el momento vital, el entorno y los recursos disponibles, ejercen influencia sobre este proceso. Por esta razón, la atención no se centra únicamente en la sustancia o la conducta, sino en la función que desempeña, el impacto que genera y las necesidades que debe atender la persona para modificar esa dinámica.

¿Cómo acompañamos a las personas en su proceso de adicción?

En ANTAD se comprende que la adicción no responde simplemente a una cuestión de voluntad ni a una decisión individual. Se trata de un fenómeno complejo, originado por la combinación de diversos factores, como la historia de vida, el entorno social y familiar, las experiencias emocionales, la salud mental y los recursos personales y sociales que existen a disposición de cada persona.

El acompañamiento se entiende no como una dirección impuesta, sino como la disposición a caminar junto a cada persona. Se ofrece escucha activa, comprensión, herramientas prácticas y apoyo constante en todas las etapas del proceso. Se reconoce que el cambio resulta un proceso difícil y que no sigue una trayectoria lineal: surgen avances, recaídas, momentos de claridad y episodios de confusión. La labor consiste en asegurar una presencia estable en cada fase, creando un entorno de seguridad y facilitando oportunidades de aprendizaje.

El enfoque de intervención va más allá de la reducción o eliminación del consumo o la conducta adictiva. Se pone énfasis en comprender la función que desempeña la adicción, las necesidades que satisface y las posibles alternativas saludables que permitan cubrir esas mismas necesidades. El objetivo es ayudar a que cada persona construya una vida plena y significativa, alineada con sus deseos, capacidades y recursos, y fundamentada en la autonomía y el bienestar integral.

Se considera que las recaídas pueden formar parte del proceso de recuperación y no se interpretan como fracasos, sino como oportunidades para aprender y reajustar el camino. Se busca que, ante las dificultades, la persona incremente su autoconocimiento, refuerce sus recursos internos y continúe avanzando sin culpa ni estigmatización.

5 IDEAS CLAVE

1.- Cada proceso se considera único y se acompaña de forma personalizada.

2.- Se evita el juicio, se rompen estigmas y se construyen espacios seguros.

3.- Se reconoce la multicausalidad: las adicciones no tienen una sola causa y todos los factores resultan relevantes.

4.- Se promueve el bienestar global y se orienta el trabajo más allá del consumo, con especial atención a la salud emocional, física y social.

5.- Se garantiza un acompañamiento real: nunca se atraviesa este proceso en soledad, siempre existe un equipo disponible para apoyar y caminar al lado de quien lo necesite.

Si has llegado hasta aquí…

Sea por curiosidad, por preocupación o simplemente por querer comprender mejor, agradecemos que decidas mirar más allá del estigma.

Aquí encuentras un espacio disponible para aquello que necesites.

Si aún persisten las dudas, estamos para ayudarte.